Líderes Ecológicos: Arte y educación para cuidar el ambiente

En un ida y vuelta con Silvana Areco y Silvana Sepúlveda, recorremos la construcción y consolidación de este gran proyecto.

*Por Barbara Soria

En 2021, la Fundación Otras Voces ofreció una serie de capacitaciones mensuales en la ciudad de Neuquén. A lo largo de casi un año, referentes de diversas instituciones como la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de San Martín ofrecieron formación en temas relacionados a los derechos ciudadanos y gestión de proyectos. Estas capacitaciones, sentaron las bases para el proyecto “Líderes Ecológicos” llevado a delante en nuestra ciudad, una iniciativa que fusiona arte y conceptos ambientales en las escuelas de Catriel.

El comienzo del proyecto

La oportunidad de llevar adelante un proyecto propio surgió tras meses de formación. Con una dupla consolidada y una visión clara, Silvana Areco y Silvana Sepúlveda, las docentes detrás de la iniciativa, decidieron unir lo ambiental con lo artístico. Charlamos con ellas para conocer la experiencia. La propuesta consistía en realizar murales en las escuelas de la ciudad, capacitando a las y los estudiantes en el tema y usando el arte como una herramienta para transmitir mensajes de cuidado y respeto al ambiente.

Escuelas seleccionadas: un enfoque estratégico

Para llevar a cabo este proyecto, se eligieron tres escuelas de la región, considerando tanto su ubicación geográfica como las problemáticas ambientales del contexto de cada una:

  • Escuela 241, en el corazón de Catriel, representando el entorno urbano y sus desafíos.
  • Escuela 195, en el barrio Santa Cruz, cerca del río, una escuela relativamente nueva que enfrenta su propia realidad ambiental.
  • Escuela 218, en una zona conocida como el pulmón de Catriel, un área diversa donde conviven barrios antiguos y nuevos asentamientos.

Aunque en un principio también se planificó trabajar con escuelas rurales, como las de Valle Verde y Peñas Blancas, esta parte del proyecto quedó pendiente para una futuro.

Cómo fué que se bajó a terreno la implementación del proyecto

El proyecto arrancó en la Escuela 241, donde se trabajó con tres sextos grados, un grupo numeroso que representó un reto en términos de coordinación. A través de talleres, las y los estudiantes no solo aprendieron sobre técnicas de muralismo, sino también sobre legislación ambiental y sus derechos como habitantes del planeta.

En la Escuela 195, se abordó la problemática de los microbasurales. Los niños y niñas participaron en la creación de un mural con un superhéroe como símbolo de la lucha contra la contaminación, integrando residuos reciclados y utilizando paneles solares para iluminar la obra, convirtiendo el mural en una declaración visual y funcional.

En la Escuela 218, la Madre Tierra fue la protagonista del mural, rodeada de jardines verticales y elementos que promueven prácticas sostenibles como el reciclaje y la reutilización de materiales. La colaboración con el CET 7 también fue clave, ya que un tapitero diseñado por un profesor de la institución formó parte del mural e incluso han colaborado de otras escuelas y se trabajó en comunidad, nos cuentan Areco y Sepúlveda.

Impacto comunitario y continuidad del proyecto

A través de estos murales cargados de arte y mensaje, el proyecto logra algo más que embellecer las paredes de las escuelas: despierta en las y los estudiantes, como así también en la comunidad una conciencia sobre la importancia del cuidado del ambiente. Los murales, además de ser un reflejo de la creatividad y el compromiso de las infancias que participaron, también funcionan como una herramienta de sensibilización para la ciudadanía.

El proyecto bien recibido a principios de 2024, fue declarado de Interés Municipal, y continuó su desarrollo, con el respaldo de instituciones como la Fundación Otras Voces, el Grupo de Diálogo Norpatagónico y el financiamiento de la Unión Europea.

A comienzo de este mes en la ciudad de Salta tuvo su momento de cierre nacional e intercambio de experiencias. Junto a los proyectos presentados en las provincias de Jujuy. Salta, Catamarca. Neuquén  y Río Negro.

Quienes participaron de la comunidad de Catriel en este proyecto van dejando una marca no solo en las paredes de nuestras escuelas, sino también en el futuro como comunidad como líderes ecológicos.