Tras un largo proceso judicial que se extendió por casi tres años y medio, el Juicio Brigadas llegó a su fin con un veredicto contundente por parte del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata. Este juicio histórico se centró en los crímenes de lesa humanidad perpetrados en varios centros clandestinos de detención del Sur del Conurbano, incluyendo el Pozo de Banfield y el Infierno de Avellaneda, durante la última dictadura cívico-militar en Argentina.
El presidente del tribunal, Ricardo Basílico, rechazó los reclamos de las defensas sobre la prescripción de los delitos, afirmando que los crímenes son imprescriptibles. Las condenas se basaron en una variedad de delitos, desde abuso sexual hasta homicidio calificado y desaparición forzada agravada.
De los 12 imputados, la mayoría recibió condena, destacándose que diez de ellos fueron sentenciados a prisión perpetua. Sin embargo, Julio Alberto Candioti fue condenado a 25 años de prisión, mientras que Enrique Augusto Barre fue absuelto y se ordenó su liberación. Durante la lectura del veredicto, el tribunal tuvo que llamar la atención a varios de los imputados debido a interrupciones o ausencias durante el proceso.
El tribunal consideró una amplia gama de delitos, incluyendo privación ilegal de la libertad, abuso sexual, homicidio y desaparición forzada, entre otros. Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el 5 de julio.
En relación con la salud de los condenados, el juez Basílico solicitó informes periciales al Cuerpo Médico Forense para evaluar el impacto de su posible traslado a un establecimiento penitenciario. Esto responde al pedido de cárcel común realizado por las querellas durante los alegatos, considerando que la mayoría de los imputados se encuentran actualmente en prisión domiciliaria.
El cierre de este juicio marca el fin de un capítulo oscuro en la historia argentina. Pone fin a décadas de impunidad para aquellos responsables de cometer crímenes atroces durante la última dictadura cívico-militar.
Este juicio también trae consigo un momento de justicia histórica, ya que se dictó la condena por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la llamada Noche de los Lápices. El abogado Jaime Lamont Smart, ex ministro de Justicia bonaerense, y el médico Jorge Bergés, fueron condenados a prisión perpetua tras 10 años de juicio por los crímenes cometidos contra estudiantes desaparecidos en aquel fatídico episodio que conmocionó al país y se convirtió en un símbolo de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia.