La Fundación GEN, una organización sin fines de lucro ubicada en General Roca, fabricó el primer aceite de cáñamo comestible en Argentina. Esto representa un avance significativo en la diversificación de la matriz productiva de la región patagónica.
Creada en 2019 por un equipo multidisciplinario de ingenieros agrónomos, biotecnólogos y abogados, la Fundación GEN investiga el desarrollo del cáñamo industrial y medicinal en el Alto Valle de Río Negro. La producción de este aceite comestible, aunque experimental, se realizó con estándares industriales por primera vez en el país.
Luciano Rivera, uno de los fundadores de la Fundación GEN, destacó la idoneidad del Valle para la producción de cáñamo debido a los altos rendimientos de las plantas en comparación con estudios europeos. «Los rendimientos en el Valle duplican y hasta triplican las cifras de países como Italia y España, con entre 800 y 1.000 kilos de semillas por hectárea», afirmó Rivera.
Martin Ancaten, otro integrante de la Fundación, expresó su optimismo sobre la comercialización del aceite en 2025. «Estamos en contacto con la Cámara de Supermercados de Latinoamérica y el sector gastronómico. Una vez habilitados, podremos estar en las góndolas de los supermercados», comentó.
El aceite de cáñamo comestible se obtiene de las semillas prensadas en frío de la planta de cáñamo (Cannabis sativa), lo que permite preservar sus propiedades nutritivas. Este aceite es rico en ácidos grasos esenciales, vitaminas A y E, calcio, magnesio, potasio, antioxidantes, zinc y Omega-3 y 6.
Además, la producción genera harina de cáñamo, un subproducto libre de gluten. Este proceso convierte las semillas en harina a través de la molienda de la torta de semillas.
Para la comercialización, el aceite debe cumplir con las reglamentaciones del Código Alimenticio Nacional, que recientemente incorporó las semillas y harina de cáñamo como comestibles. La Fundación GEN debe obtener certificaciones de la Comisión Nacional de Alimentos, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
«Una vez que pasemos por todos los controles legales, podremos comercializar nuestro aceite. Ya hemos recibido un gran interés del sector gastronómico y de la Cámara de Supermercados de Latinoamérica», concluyó Ancaten.