Argentine logró ayer que el Comité de Descolonización de la ONU aprobara —por consenso— un documento clave que sostiene el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y sus espacios marítimos. El logro, lejos de ser un trámite rutinario, enfrentó tensiones provocadas por el alineamiento de Javier Milei con Israel y el traslado de la embajada a Jerusalén, lo que generó reticencias entre países árabes y caribeños.
Una fuente diplomática explicó que “el consenso estuvo atado con alambres” —con intervenciones cautelosas de Timor Leste y Antigua— y que incluso discursos de Venezuela mencionaron el Esequibo para presionar. La negociación estuvo al borde del fracaso, pero finalmente se impuso el respaldo de una coalición inesperada.
El cónsul en Nueva York, Gerardo Díaz Bartolomé, ex responsable del área Malvinas, tomó la iniciativa diplomática. Según fuentes oficiales, realizó gestiones clave con Antigua y Barbuda y Timor Leste, aportando al sostenimiento del consenso internacional. En contraste, el embajador argentino ante la ONU, Francisco Tropepi, no contaba con experiencia previa en mesas multilaterales, por lo que su rol fue asistido por la red desplegada por Díaz Bartolomé.
El giro decisivo lo dieron los países del bloque bolivariano: Venezuela, Bolivia, Cuba, Chile y China respaldaron explícitamente el texto argentino. “Menos mal que entendieron que el país está por encima del gobierno de turno”, reflexiona una fuente diplomática.
Por el lado de los países árabes, el silencio fue estratégico: prefirieron no pronunciarse directamente contra el documento, conscientes de las consecuencias de enfrentar a Inglaterra, aunque conservaron resentimientos no expresados en voz alta.
El canciller Gerardo Werthein destacó luego que el acuerdo reafirma el reclamo de soberanía argentina y abre “una nueva etapa de diálogo” con el Reino Unido, subrayando la “plena disposición a reanudar negociaciones bilaterales sustantivas”. También denunció la presencia militar “desproporcionada” y las decisiones unilaterales británicas en las islas.
En paralelo, sectores de ex combatientes de Malvinas criticaron al presidente Milei, acusándolo de “traición a la patria” por su política exterior, aunque no cuestionan la resolución aprobada.