“La salud de mi hija no puede esperar”: una madre expone la falta de respuestas en Catriel ante un tratamiento urgente

Catalina tiene 7 años, enfrenta problemas graves de salud y su familia no puede costear los estudios, lentes ni audífonos que necesita. Su mamá pidió ayuda, a las autoridades políticas locales y provinciales pero aún no recibió respuestas concretas.

El pasado 20 de mayo, durante una visita oficial a Catriel, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, recibió en mano documentación y un pedido urgente de Melisa, madre de Catalina, una niña de siete años que necesita tratamientos médicos, audífonos y lentes de alto costo. De acuerdo con lo que relató la mamá de la pequeña, el encuentro ocurrió frente a la intendenta Daniela Salzotto y al director del Hospital local, Alberto Bellido. Todos escucharon atentamente el relato de una madre sola, sin trabajo formal, que lleva años intentando acceder a un tratamiento integral para su hija sin lograrlo.

Catalina enfrenta múltiples dificultades de salud: una hipoacusia bilateral severa que podría derivar en la pérdida total de audición, estrabismo, astigmatismo y síntomas digestivos que requieren estudios médicos complejos para descartar una enfermedad inflamatoria intestinal. La derivación oftalmológica fue otorgada, pero Melisa no consigue turno con la especialista. Mientras tanto, los gastos familiares superan los 200 mil pesos semanales, y el único ingreso proviene de la Asignación Universal por Hijo. «Me gustaría poder tener un trabajo que me permita ganar bien, cubrir los gastos y a la vez ocuparme de las nenas. Pero hoy no lo tengo lamentablemente. Junto como puedo cada semana para viajar al Valle y que Cata reciba sus tratamientos y haga sus consultas. Hay veces que no se ni cómo voy a hacer para pagar los servicios o para comer. Pero cumplo con ella, porque me importa su salud. Quiero que crezca bien, sana».

Durante el intercambio con el gobernador, Melisa explicó que el acceso a la pensión por discapacidad que tramitó se ve trabada porque el padre de Catalina, aunque trabaja en blanco, se niega a presentar el recibo de sueldo, lo cual impide gestionarla. Esa situación, según explicó, se encuentra judicializada.

Además, el acceso a estudios complejos a través del hospital está bloqueado por esta misma razón: al tener el padre trabajo formal y posibilidad de tener obra social activa, el sistema público no puede derivar los estudios. En ese contexto, le informaron que el costo aproximado de realizar una endoscopia (o eventualmente una endoscopia más colonoscopia) podría rondar los 800 mil pesos. Pero para avanzar, primero necesita realizar los análisis de sangre y un electrocardiograma que todavía no se pudieron concretar.

La intendenta Daniela Salzotto y el gobernador Alberto Weretilneck, durante su última visita a la ciudad el 20 de mayo. La próxima podría ocurrir para el 19 de junio, en el aniversario de Catriel.

Melisa indicó que viene pidiendo ayuda desde hace meses. “Desde el 19 de marzo que estoy pidiendo ayuda. Seguramente ya variaron los valores, porque estamos a mayo, pero no recibo respuesta de nadie. Siento que golpeé todas las puertas que podía”, expresó. Aquel día (20-05), entregó el presupuesto actualizado de los audífonos, que superan los 6 millones de pesos. El gobernador escuchó atentamente su pedido y se comprometió a canalizar la ayuda a través del sistema de salud pública. La intendenta, por su parte, prometió gestionar la posibilidad de realizar los estudios de sangre en el hospital local mediante una comunicación por WhatsApp el 22 de mayo. Sin embargo explicó que, hasta ahora, ninguna de esas promesas se concretó.

La situación avanza cada día, los plazos corren y la preocupación de la familia crece. Melisa también solicitó al área de Desarrollo Social del Municipio que la ayuden a organizar un evento solidario para recaudar fondos, pero tampoco obtuvo respuesta favorable. “Siempre me piden que presente notas, me dicen que ocuparme de ella es mi responsabilidad y no del Estado o que espere unos días, pero mi hija no puede seguir esperando. Yo hago todo lo que puedo”, dijo.

“Yo no estoy pidiendo nada para mí. Solo quiero que mi hija pueda escuchar, ver, crecer sin dolor. Cumplo con todo lo que puedo, pero no me alcanza. A veces no tengo ni para comer. No me gusta tener que recurrir a pedir ayuda, ni a la política, ni a la gente que siempre se portó súper bien con nosotros. Siempre la comunidad, los vecinos, fueron los que más me ayudaron. Por eso no me gusta tener que pedir ayuda así. Se que también hay un montón de gente en la misma situación. Pero siempre voy a hacer hasta lo imposible para que los tratamientos no se corten. Y realmente siento que lucho contra una burocracia gigante que no me ve”, cerró con la voz quebrada.

Quienes deseen colaborar con los gastos inmediatos —principalmente estudios médicos— pueden hacerlo a través del alias cata.m.2018. La familia expresó que espera que esta historia llegue a más personas y que las autoridades cumplan con los compromisos asumidos.