Robo millonario en Catriel: declaró el último imputado y quedó en libertad

Quedó acusado de ser partícipe necesario. Negó tener vinculación con el delito y prestó declaración ante la jueza del caso. Decidieron dejarlo libre por no existir riesgo de fuga. Tiene prohibido contactar o acercarse a las víctimas y testigos.

Hoy, 26 de junio, se llevó a cabo la audiencia de formulación de cargos por el robo millonario ocurrido a principios de este mes en Catriel. Durante el hecho, los delincuentes sustrajeron monedas de oro, dólares, euros, relojes y más de una decena de armas de fuego. El último imputado en la causa se presentó ayer, 25 de junio, en la comisaría acompañado por su abogado y quedó detenido hasta la audiencia de hoy, donde se le formularon los cargos y quedó en libertad.

Detalles del robo y la investigación

El fiscal en jefe, Gustavo Herrera, presentó la teoría de la acusación que sostendrá en el juicio. Según Herrera, el robo ocurrió entre las últimas horas del 4 y la madrugada del 5 de junio, cuando varios de los acusados ingresaron a una casa, forzaron una reja y utilizaron herramientas de corte para abrir una caja fuerte, sustrayendo un valioso botín. El propietario de los bienes robados, un coleccionista que falleció tiempo atrás, tenía todas las armas registradas a su nombre.

Herrera explicó que dos de los imputados ingresaron a la propiedad, mientras otros tres realizaron tareas de vigilancia en los alrededores de la casa y la Comisaría Novena de Catriel. La investigación principal fue llevada a cabo por la Brigada de Investigaciones de Regina, y se descubrió que varios de los imputados tenían sus teléfonos intervenidos por investigaciones anteriores, lo que permitió obtener información crucial sobre la planificación del robo.

El imputado de hoy fue acusado de ser partícipe necesario del robo, supuestamente facilitando las herramientas para cometer el delito. Acompañado por su abogado, Ángelo Zamataro, se presentó voluntariamente ante la justicia, lo que llevó a la fiscalía a considerar que no había riesgo de fuga ni de entorpecimiento de la investigación. Por ello, se solicitó una prohibición de acercamiento y comunicación con las víctimas, medida aprobada por la jueza Agustina Bagniole.

Declaraciones y defensa

Durante la audiencia, Zamataro no se opuso a la calificación legal propuesta por la fiscalía e informó que su cliente declararía en sede policial. El imputado proporcionó su versión de los hechos, reconociendo que había proporcionado un contacto para cometer el delito pero negó cualquier relación directa con el robo. Explicó que el día del robo se encontraba trabajando fuera de Catriel y que no conoce a los autores del delito. Afirmó que había proporcionado el contacto en tono de broma y que no sabía si fue utilizado o no.

El hombre insistió en que no conocía a los autores del robo y que no les facilitó herramientas. Contó que días antes del robo se juntó a comer un asado con varias personas, entre las cuales mencionó a dos ex empleados del empresario fallecido, propietario de los elementos robados. Afirmó que durante la conversación con ellos, uno de los hombres habló de la caja fuerte y sugirió que pretendía perpetrar el robo. «Empezó a hablar de la caja fuerte y yo le dije que tenía un contacto», respondió.

Ante la consulta del fiscal Herrera, sobre para qué ofreció el contacto, el imputado respondió: «Porque esta persona quería hacer una changa». En ese momento, fue interpelado duramente por Herrera. «Vamos a ser claros, hacer una changa es agarrar una pala e ir a hacer un pozo. Usted se refiere a que esta persona quería robar la caja fuerte que había visto en la vivienda ¿Estoy en lo correcto?». El imputado contestó afirmativamente. «Sí, quería robar la caja fuerte. Yo le dije que tenía un contacto y se lo pasé. Estábamos en un asado, habíamos tomado. Se lo dije en broma, no tengo idea si llamó o no llamó», aclaró.

Herrera interrogó al imputado sobre la facilitación del contacto y adelantó que existen pruebas de escuchas telefónicas y pericias de GPS que indicaban la presencia de los perpetradores en la casa del imputado el día del robo. Ante esto, el imputado sostuvo que él no sabía nada al respecto. «Unos días antes me llamó una vecina y me avisó que había movimientos extraños en mi casa. Me vine desde donde trabajo hasta Catriel preocupado, pensé que habían robado, pero no noté nada raro. Como a la semana me di cuenta que me faltaban herramientas y pensé que estaban en mi lugar de trabajo, pero tampoco las encontré ahí», argumentó.

También sostuvo que no conoce a los autores del robo y reiteró que no les facilitó las herramientas. «No los conozco, a ninguno. Nunca los vi. Además, yo no presto herramientas. Nunca tuve un problema con nadie por nada. Yo trabajo, tengo miedo porque no entiendo nada. Lo único que quiero es no perder mi trabajo», alegó.

La decisión judicial

La jueza Bagniole, tras escuchar los argumentos de la fiscalía y la defensa, decidió no imponer prisión preventiva al imputado, considerando que la fiscalía hizo hincapié en su disposición voluntaria ante la justicia y su arraigo en Catriel. No obstante, aprobó la solicitud de prohibición de acercamiento y contacto con las víctimas por cuatro meses, tanto en persona como digitalmente o por teléfono, hasta la fecha del juicio. Esto es para evitar cualquier entorpecimiento de la investigación.

El caso sigue en curso, y se espera que el juicio aporte mayor claridad sobre los hechos y la participación de todos los implicados.