El Foro de Jueces Penales de Cipolletti resolvió el sobreseimiento de tres acusados en la causa del robo millonario a una caja fuere. El caso, caratulado como robo en poblado y en banda, ocurrió en Catriel en junio de 2024. La decisión se basó en la falta de pruebas contundentes que sostuvieran la acusación.

Los hechos investigados ocurrieron entre la noche del 4 de junio y la madrugada del 5 de junio de 2024, cuando un grupo de personas ingresó a una vivienda de Catriel tras forzar rejas y una caja fuerte. Del lugar sustrajeron monedas de oro, divisas extranjeras, relojes, municiones y varias armas de fuego, entre ellas fusiles, pistolas y revólveres. Según la imputación inicial, los acusados habrían actuado de manera organizada, con funciones definidas de vigilancia y ejecución del robo.

El 10 de enero de 2025, en una audiencia solicitada por la defensa, se discutió la situación procesal de los acusados. La Fiscalía y las defensas coincidieron en que no existían elementos probatorios suficientes para sostener la acusación, especialmente luego de una pericia fonética realizada sobre intervenciones telefónicas, que arrojó resultados negativos respecto de los imputados. Ante la falta de testigos y de pruebas materiales que los vincularan con el hecho, el Ministerio Público Fiscal solicitó el sobreseimiento.

La jueza Amorina Liliana Merlo Sánchez resolvió hacer lugar al pedido y dispuso el sobreseimiento definitivo de los tres acusados, declarando que el trámite no afecta su buen nombre y honor. Asimismo, se ordenó el cese de la prisión preventiva que pesaba sobre ellos, quedando en libertad en el marco de esta causa.

Se trata del mismo caso en el que el fiscal Gustavo Herrera confundió a un imputado y acordó una pena en suspenso de tres años, sin advertir que el acusado ya tenía una condena previa de 13 años de prisión efectiva. En esa oportunidad, la jueza Florencia Caruso no solo anuló la sentencia, sino que también dictó el sobreseimiento del acusado por falta de pruebas concluyentes.

El asalto, perpetrado por una banda profesional, se destacó por el nivel de organización y la falta de pruebas materiales: no se encontraron huellas digitales, registros de cámaras de seguridad, ni rastros de la camioneta utilizada. Además, los delincuentes evitaron el uso de teléfonos convencionales, optando por handys para coordinar el golpe.