El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, reafirmó este lunes su candidatura a la presidencia del Partido Justicialista (PJ), afirmando que su propuesta busca “conducir un proceso de unidad”. Esta confirmación llegó en un contexto en el que Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta y reciente vicepresidenta, también anunció su intención de liderar el partido. Ambos movimientos abren la posibilidad inédita de una elección interna dentro del PJ, un escenario inusual en un partido históricamente dominado por acuerdos entre sus líderes.
En sus declaraciones, Quintela expresó su compromiso con un proyecto inclusivo: “Mi proyecto es el de conducir un proceso de unidad, con todos adentro”. Al igual que Cristina Kirchner, destacó que «no sobra nadie» en el peronismo, marcando su intención de competir pero también de consensuar.
Por su parte, Cristina Kirchner aceptó este lunes la postulación, publicando una carta donde hizo un repaso de la situación política actual y llamó a reorganizar el peronismo para enfrentar los nuevos desafíos. En su mensaje, subrayó la necesidad de «enderezar y ordenar» al partido, que hoy gobierna solo 5 de las 23 provincias argentinas y perdió su histórica mayoría en el Senado. Kirchner enfatizó la importancia de un liderazgo firme y una dirección clara para reconstruir el poder político del PJ y abordar las crecientes demandas sociales.
Un escenario de elección interna en el PJ
La renuncia de Alberto Fernández a la presidencia del PJ, tras el escándalo por una denuncia de violencia de género presentada por su expareja Fabiola Yáñez, dejó vacante el liderazgo del partido. Este vacío acelera los tiempos dentro del justicialismo, generando un escenario de competencia abierta entre Cristina Kirchner y Ricardo Quintela. La posibilidad de una elección interna, algo inédito en la historia democrática del PJ, empieza a vislumbrarse como una opción real. El Partido Justicialista, desde sus inicios, siempre estuvo manejado por designaciones internas y acuerdos entre las elites partidarias, evitando así la necesidad de votaciones amplias.
Sin embargo, el actual momento político del partido, tras la derrota del Frente de Todos en las elecciones presidenciales y legislativas, abre un debate profundo sobre la necesidad de renovar sus estructuras de conducción. Quintela, quien mantiene un perfil de diálogo con distintos sectores peronistas, sostiene que “el peronismo tiene que competir” y enfatiza que quien pierda en una posible interna deberá «acompañar» al ganador, en un claro mensaje de unidad posterior a la contienda.
El rol de Axel Kicillof y la liga de gobernadores
En este contexto, la figura del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, también juega un rol importante, aunque aún no hizo pública su posición. Kicillof es parte del núcleo duro del kirchnerismo, pero mantniendo diferencias con La Cámpora, la organización liderada por Máximo Kirchner, lo que lo posiciona en un lugar ambiguo dentro de la interna. Aunque no se postuló, su respaldo podría ser crucial para inclinar la balanza en favor de Cristina o Quintela, dado que aún mantiene vínculos con ambos sectores.
Entre los gobernadores peronistas que podrían influir en esta disputa, se destacan nombres como Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa) y el tucumano Osvaldo Jaldo, quienes podrían inclinarse hacia una mayor unidad alrededor de Cristina Kirchner. Sin embargo, algunos gobernadores, como el cordobés Martín Llaryora, pertenecen a corrientes peronistas más alejadas del kirchnerismo y podrían preferir una alternativa que represente mejor a los intereses de las provincias.
Un debate sobre el futuro del peronismo
Ambas candidaturas marcan el inicio de un debate que no solo definirá quién dirigirá el PJ, sino también cuál será la línea política que el partido adoptará en los próximos años. Mientras Cristina Kirchner propone una reorganización con miras a recuperar el terreno perdido, Quintela busca posicionarse como una opción para aquellos sectores que no se identifican plenamente con el kirchnerismo pero que aún ven en el peronismo una herramienta política necesaria.
Este contexto de renovación podría derivar en una apertura democrática dentro del PJ, donde por primera vez en décadas los afiliados tendrían la posibilidad de votar para elegir a su presidente/a. Aún quedan muchas incógnitas por resolver, especialmente en torno a cómo se alinearán los distintos actores dentro del peronismo y si finalmente se concretará esta elección interna.
Por ahora, el panorama sigue abierto, y las próximas semanas serán clave para determinar si la conducción del PJ se definirá a través del consenso entre los líderes o mediante el voto directo de sus afiliados. En cualquier caso, el proceso promete -una vez más- reconfigurar el mapa político del peronismo y su papel dentro de la política argentina.