Marcha de jubilados e hinchas: Represión, heridos y cacerolazos

Liberaron a 94 manifestantes detenidos. La jueza Karina Andrade resolvió que se afectaban derechos constitucionales como la protesta, la manifestación en democracia y la libertad de expresión.

La madrugada de este jueves, la jueza Karina Andrade, del Juzgado Penal Contravencional y de Faltas 15 de la Ciudad de Buenos Aires, ordenó la liberación de 94 de los más de 120 manifestantes detenidos durante los incidentes ocurridos en las inmediaciones del Congreso. En su resolución, la magistrada argumentó que las detenciones afectaban derechos constitucionales como la protesta, la manifestación en democracia y la libertad de expresión.

Según fuentes del área de seguridad porteña, entre los liberados hay 71 hombres y 23 mujeres. La jueza también señaló que la complejidad del contexto impedía aplicar el procedimiento de flagrancia y que la fiscalía deberá evaluar cada caso en detalle.

Los incidentes estallaron en la tarde del miércoles, cuando fuerzas de seguridad intentaron desalojar a manifestantes que se habían congregado frente al Congreso. Entre los participantes había jubilados, hinchas de clubes de fútbol y organizaciones sindicales y de izquierda, como ATE, UTEP, PTS y MST.

El operativo de seguridad incluyó a la Gendarmería, la Policía Federal y la Prefectura, desplegadas en distintos puntos alrededor de la Plaza de los Dos Congresos. Los enfrentamientos se intensificaron en Avenida de Mayo, los uniformados -bajo directivas de Patricia Bullrich- avanzaron con gases lacrimógenos y camiones hidrantes, mientras algunos manifestantes respondieron con piedras y adoquines. En las calles cercanas se incendiaron contenedores y se levantaron barricadas.

Hubo una avanzada policial desaforada, preparada y anunciada. El intento de detener una manifestación popular -que se preveía muy numerosa y con un protagonista novedoso, el hincha- a como dé lugar. Una represión feroz que comenzó antes aún de que empezara la marcha. Y, también, una cacería. Eso se vivió este miércoles por la tarde en los alrededores del Congreso, en un radio represivo que se extendió hasta la Plaza de Mayo, la calle Corrientes, la 9 de julio y adyacencias, durante varias horas desde antes y hasta después de anunciada la marcha. Fue en la marcha por los jubilados a la que se sumaron hinchas de gran cantidad de clubes, de todas las edades, familias enteras, que fueron calificados de «barrabravas» por Bullrich.

El Ministerio de Seguridad informó que 26 agentes resultaron heridos, uno de ellos con una herida de bala en el hombro. También se registraron 20 manifestantes hospitalizados, entre ellos el fotoperiodista independiente Pablo Grillo, quien se encuentra en estado grave tras recibir el impacto de una granada de gas lacrimógeno en la cabeza.

Además, una jubilada de 87 años sufrió un fuerte golpe en la cabeza y sangrado tras un forcejeo con un oficial, cuando intentó agredirlo con un bastón.

Horas después de los enfrentamientos, cientos de personas salieron a las calles y a sus balcones en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense para protestar con un cacerolazo contra la represión policial. La manifestación espontánea se sintió con fuerza en barrios como Colegiales, Villa Crespo, Ramos Mejía, Caballito, Avellaneda, Palermo y Lugano.

Convocados a través de redes sociales por otros ciudadanos, además de referentes políticos y sociales, muchos manifestantes se acercaron nuevamente al Congreso para continuar con la protesta, expresando su rechazo al accionar de la Policía Federal, Gendarmería y la Policía de la Ciudad.

Las palabras del padre de Pablo Grillo

«Ser militante es un orgullo, somos una familia de militantes. El era un militante y también era fotógrafo y estaba trabajando en forma independiente, porque siempre documenta en las marchas», le respondió ante una consulta periodística, en la puerta del hospital, Fabián Grillo, el padre del fotógrafo herido.

Mientras contaba que la médica le acababa de informar sobre lo grave del cuadro, concluía: «por una borracha hija de puta y un descerebrado que habla con un perro muerto, que mandan a matar, está corriendo peligro mi hijo».

Grillo salió de cirugía anoche y permanece en terapia intensiva con pronóstico reservado y crítico, según informó su padre en la puerta del Hospital Ramos Mejía.

Los médicos lograron bajar la presión intracraneal y reconstruir parte del tejido dañado, mientras que la respuesta pupilar fue, en principio, positiva. Sin embargo, su estado sigue siendo delicado y los próximos días serán clave para su evolución.

La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) pidió la «renuncia indeclinable» de la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, luego de la grave agresión sufrida por el fotógrafo Pablo Grillo durante la cobertura de la manifestación de jubilados e hinchas frente al Congreso de la Nación. Grillo, de 34 años, fue alcanzado por un cartucho de gas lacrimógeno disparado por un policía, lo que provocó una herida grave en su cabeza.