El sábado 11 de octubre, la Biblioteca Popular José Hernández se transformó en escenario de una noche única de música y sensibilidad. Ante un salón colmado, los guitarristas Salomé Guevara y Gabriel Johnston —ambos formados en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA)— brindaron un concierto de guitarra clásica que combinó técnica, emoción y una cuidada puesta en escena.
El evento fue gestionado y producido por Johnston, quien también fue uno de los intérpretes. La organización y ambientación destacaron por su calidad: un telón negro, luces cálidas y detalles de mobiliario aportados por una mueblería local dieron al encuentro un marco escénico profesional y acogedor. El sonido, preciso y envolvente, acompañó una noche que los presentes describieron como “un viaje por la belleza de las cuerdas”.
Johnston interpretó piezas de Giuliani Mauro, Juan Falú, Francisco Tárrega, Alexandre Tansman y Agustín Barrios Mangoré, desplegando su dominio técnico y sensibilidad en obras que viajaron del clasicismo europeo a los paisajes sonoros de la guitarra latinoamericana. El artista local ofreció una interpretación sólida, precisa y profundamente musical, en la que cada nota fue vehículo de comunicación con el público. Aunque su presencia en escena fue más introspectiva en las palabras, la conexión se dio de forma directa y genuina a través del instrumento, con una ejecución que transmitió emoción y compromiso artístico. Su propuesta se distinguió por la atención al detalle y una sonoridad que equilibró sutileza y fuerza expresiva.
Por su parte, Guevara recorrió un amplio repertorio que incluyó obras de Johann Sebastian Bach, Máximo Pujol, Antonio Lauro, Astor Piazzolla, Atahualpa Yupanqui y Juan Falú, entre otros. Su interpretación combinó rigor académico y calidez expresiva, con momentos de gran delicadeza y energía contenida. Las variaciones y sorpresas finales del programa provocaron ovaciones y cerraron una noche de comunión entre artistas y audiencia. La artista brilló por su prolijidad técnica y profundidad interpretativa, logrando un equilibrio entre la precisión académica y la emoción contenida. Cada pieza fluyó con una naturalidad que cautivó al público, revelando el oficio y la madurez de una intérprete con recorrido internacional.
El cierre del concierto reunió nuevamente a ambos intérpretes en un dueto de Abel Fleury, compositor argentino, que fue recibido con cálidos aplausos y coronó una velada de altísima calidad artística y sensibilidad compartida.
La presentación confirmó que Catriel alberga artistas de gran nivel, capaces de llevar al escenario local la calidad y la profundidad del arte patagónico. Fue una velada cuidada, de esas en las que el profesionalismo se mezcla con la emoción y la cercanía, dejando en claro el valor de sostener espacios culturales vivos en la ciudad.
El público acompañó con atención y calidez, disfrutando de un concierto que, más que un espectáculo, fue un encuentro genuino entre músicos y comunidad. El cierre dejó una sensación compartida de gratitud y pertenencia: la música volvió a llenar la Biblioteca José Hernández de vida, de historias tejidas en cada cuerda.
La cultura suena fuerte en Catriel. Y el eco de esa noche todavía vibra.
Agradecimiento de la organización
«Estimados lectores, quisiera aprovechar la oportunidad que se me ha otorgado en esta nota para agradecer el apoyo brindado en este primer concierto de guitarra clásica que personalmente he sabido llevar adelante, con amor, alegría y dedicación, sin antes mencionar que sin la confianza brindada en mi trabajo y en el trabajo de Salomé Guevara, gran intérprete guitarrista y artista, sin el apoyo de mi familia, el apoyo incondicional desde siempre de Elio Carrasco, Nestor Gabriel Flotes y Jorge Nuñez que me acompañaron en este proceso, no hubiese podido realizar tal evento con tal desempeño.
Por otro lado me tomo el momento de agradecer a todos los sponsors que nos dieron su confianza y calidez, así como siempre lo vienen haciendo hacia la comunidad que conforman, en primer lugar, quiero agradecer a una persona que quiso mantenerse en el anonimato, pero que fue pieza fundamental para el desenlace, agradecer a Vientosur Noticias, La 2da seguros, Muebleria el pampa (que nos confió parte de sus muebles para tal mágico escenario), Veterinaria Johnston, siempre presente y Fundación Suyay Huenun. Sin el apoyo de cada uno de ellos posiblemente esto no hubiese ocurrido, pero lo que se logró superó verdaderamente las expectativas, muchas gracias.
No quería despedirme sin agradecer a la biblioteca José Hernandez que nos brindó el espacio y la confianza para realizar este evento, también agradecer todo el público espectador presente, que hicieron de la velada una verdadera y mágica experiencia, llena de recuerdos que flanquearán nuestra mirada en el mundo en que existimos, como un profesor una vez me mencionó, “una de las pocas cosas que nos permite tener la certeza de que existimos es la experiencia con la música, es el momento, el lugar, el espacio y el tempo, el tiempo aquí y ahora, es la vida misma acariciando suave y tenuemente nuestro rostro, dejándonos una dulce brisa que nos deja respirar reposando en lo profundo de nuestros pensamientos”.
Por último, dedico mis últimas palabras para agradecer a los oyentes que siempre me escuchan entonar cada una de las notas de mi guitarra en cada ensayo por las mañanas y luego por las tardes, ellos que ya se saben las obras de memoria y mejor que yo, eso no lo dudo. Muchas gracias. Hasta la próxima, Gabriel Johnston».



