Marcelo Mandri, suicidólogo y presidente de la Red Argentina de Suicidología, fue uno de los principales oradores en la jornada de prevención del suicidio en Catriel. Durante su exposición, Mandri explicó que la problemática del suicidio debe abordarse desde un enfoque multidisciplinario, que involucre a diferentes especialidades y disciplinas para garantizar una intervención efectiva.
Mandri comenzó definiendo el suicidio como «la acción de quitarse la vida de forma voluntaria», pero aclaró que el suicida no busca necesariamente morir, sino escapar de una situación de vida que le resulta intolerable. «El suicida no quiere morir; lo que no quiere es seguir viviendo como está viviendo», afirmó, subrayando la importancia de comprender este matiz para intervenir adecuadamente.
El suicidólogo distinguió entre suicidio activo y pasivo, explicando que el primero implica un acto concreto para terminar con la vida, mientras que el segundo consiste en dejar de hacer cosas necesarias para prolongar la vida, como tomar medicamentos o alimentarse adecuadamente. Mandri también habló sobre las acciones parasuicidas, donde la persona toma decisiones que, aunque no buscan directamente la muerte, la pueden provocar de manera accidental o incidental. «El parasuicidio no tiene como objetivo terminar con la vida, pero la persona es consciente de que su conducta podría llevarla a la muerte», explicó.
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Mandri destacó la importancia de desmitificar el suicidio, desmontando varios mitos comunes que pueden dificultar la prevención. Rechazó la idea de que el suicidio ocurre sin previo aviso, afirmando que «todos, absolutamente todos los suicidas emiten señales». También explicó que hablar del suicidio no provoca que ocurra, sino que, por el contrario, abrir el diálogo puede ayudar a prevenirlo. «Hablar es la mejor manera de dar la posibilidad a alguien que necesita ayuda de hacerlo», señaló.
Mandri insistió en la necesidad de una intervención multidisciplinaria, donde profesionales de diferentes áreas trabajen juntos para abordar la problemática desde distintos ángulos. Señaló que la prevención del suicidio no puede ser responsabilidad de un solo sector, sino que requiere la colaboración de todos, incluyendo la comunidad. «La empatía comunitaria es clave; debemos estar atentos a las señales y acompañar a quienes lo necesitan», subrayó.
Finalmente, Mandri hizo un llamado a la acción, instando a los presentes a no quedarse solo en la teoría, sino a pasar a la práctica y construir una red de apoyo sólida en Catriel. «Esta jornada no debe ser solo una charla más, sino el puntapié inicial para establecer un grupo de contención y ayuda en Catriel», concluyó, reafirmando la importancia de la participación activa de todos en la prevención del suicidio.