El 23 de agosto, la Municipalidad de Catriel organizó la primera jornada de prevención del suicidio, con la participación de especialistas en la materia. El evento, que se desarrolló en doble turno, por la mañana y la tarde, contó con la asistencia de más de 500 personas, incluidos estudiantes de diversas instituciones educativas.
La jornada se enmarcó en la Ley Nacional de Prevención del Suicidio N° 27.130, a la que la provincia de Río Negro adhirió mediante la Ley N° 5.595. El principal objetivo fue reflexionar sobre el suicidio como un problema de salud pública y reforzar las estrategias de prevención en la comunidad. La intendenta Daniela Salzotto inauguró el evento y subrayó la importancia de abordar abiertamente el tema del suicidio como una forma de prevenirlo. «El primer gran mito que debemos superar es que no debe hablarse del suicidio para evitar que ocurra», afirmó. Recordó su trabajo anterior con el suicidólogo Marcelo Mandri, presidente de la asociación Red Argentina de Suicidología, durante su gestión como legisladora provincial, y mencionó que en esa época el suicidio era un tema escasamente discutido tanto en Catriel como en Viedma.
El antropólogo Juan Ivanissevich expuso sobre la necesidad de una intervención sociocomunitaria, subrayando la multicausalidad del suicidio. «El suicidio es un fenómeno multicausal, influenciado por factores sociales y comunitarios, como el aislamiento, las desigualdades económicas y la falta de cohesión social», destacó. Remarcó la importancia de que la comunidad se apropie de las herramientas y políticas públicas para garantizar que las intervenciones sean efectivas: «Solo con políticas públicas no alcanza; si la comunidad no se apropia de las herramientas, la efectividad de las intervenciones no da resultado», sostuvo.
La psicóloga Grissel Fernández abordó los factores de riesgo relacionados con el comportamiento suicida, especialmente en adolescentes. Señaló la importancia de estar atentos a señales de alerta como el aislamiento social, la falta de interés en actividades y los cambios en la apariencia y el cuidado personal: «El aislamiento social en la adolescencia es un alerta que debería preocupar, porque es una etapa donde buscan separarse de la figura de los padres y encontrar su propio camino», enfatizó. También destacó la necesidad de tratar trastornos como la depresión y la ansiedad con el apoyo de profesionales de la salud. «Es indispensable la prevención y la intervención temprana, identificando a personas en riesgo y asegurando que reciban el tratamiento adecuado», agregó.
Finalmente, Marcelo Mandri, especialista en suicidología, explicó el proceso que lleva a una persona a considerar el suicidio y la importancia de intervenir a tiempo: «El suicida no quiere morir; lo que no quiere es seguir viviendo como está viviendo». Subrayó la necesidad de que la comunidad participe activamente en la prevención del suicidio y de complementar las políticas públicas con el compromiso de la sociedad: «La empatía comunitaria es clave; debemos estar atentos a las señales y acompañar a quienes lo necesitan».
Durante su exposición, Mandri preguntó si había policías, bomberos y profesionales de la salud presentes en la jornada. Ante la falta de respuesta, resaltó la importancia de que estas personas se capaciten en la prevención del suicidio, destacando que esto es una obligación establecida por la Ley Nacional de Prevención del Suicidio N° 27.130. «La capacitación en prevención del suicidio es obligatoria para quienes trabajan en el Estado, incluyendo a fuerzas de seguridad y personal de salud», subrayó. Mandri insistió en que esta formación es crucial para mejorar la capacidad de respuesta en situaciones de crisis y para cumplir con lo estipulado en la ley. «Eso no es responsabilidad de ellos, sino de quienes nos obligan a cumplir la ley a nosotros y ellos mismos no lo hacen. Así como se capacita en la Ley Micaela, que está muy bien porque es obligatorio y necesario, esto también lo es», indicó.
Durante la jornada, se permitió a los alumnos y al público presente realizar preguntas de forma anónima, que fueron anotadas en papeles y luego leídas por los profesionales para responder abiertamente. Esta dinámica facilitó la participación y permitió aclarar dudas sobre el tema en un ambiente de confianza y respeto.
Asimismo, se distribuyeron calcomanías y cintas naranjas, símbolos de la lucha contra el suicidio, como parte de una campaña para visibilizar la problemática y promover la salud mental en la comunidad de Catriel.